viernes, 1 de octubre de 2010

Cambio, juez!


Desde la tribuna todo parece más fácil, hacer rodar la pelota para que entre al arco rival es una tarea sencilla para el que va a la cancha y llegar a fin de mes no depende de ser titular o saber hacer un relevo, pivotear o gambetear un conito. Parece que donde hay una cancha hay un estilo que lucha por imponerse pero siempre un error mínimo es algo imperdonable, sobretodo si se juega de local. A esta altura, pareciera que hay modelos a seguir, predeterminados vaya saber dios por quien. El que fue, sabe que el clásico público futbolero insulta hasta llegar al borde del infarto, entre otros estados poco agradables. Por momentos, parece que es insalubre hasta masoquista.

Al parecer, patear un cuero dejó de ser solo un deporte, se volvió  un arte, es más importante ganar, gustar, golear y eso merece que se paguen fortunas y el que hace el esfuerzo de juntar plata para pagar la entrada o la cuota, íntimamente sabe que detrás de cada jugada hay una grosera cantidad de billetes, detrás de un club siempre habrá un político y el referato define partidos en vez de procurar la menor intervención posible y dejar jugar. Traer refuerzos de jerarquía, tener buenas inferiores, vender bien y comprar mejor, todo es fácil pero caro. Como siempre, el que paga los platos rotos es el hincha. Armar un equipo competitivo es pan para hoy y hambre para mañana. A pesar de esto, hasta el club más chico tiene la oportunidad de entrar a la industria del fútbol con buenos contactos y un objetivo claro. Por eso, la indignación tras la derrota o un  mezquino empate se refugia bajo el lema “Corre que para eso te pagan...” o con un “Ponete una pizzería, deja de robar”. Radio, diario y televisión le encargan la noble tarea de opinar a un gran plantel de periodistas, locutores, conductores, jugadores y técnicos retirados e incluso en actividad. Me parece que por comodidad y al ser minoría, tienen que ceder ante el clamor popular, al tácito pedido de una buena dosis de humo para olvidarse de los problemas en el laburo, con la mujer o con el chino del supermercado que no te fía a fin de mes. Por momentos, me da la sensación de que hay más ganas de figurar que informar. Los que llenan canchas son miles, muchos viven y mueren por una camiseta, pero los que tienen llegada a la gente, tapa y difusión no llegan a diez. Las noticias son trascendidos de vestuario para meter presion, opiniones muchas, pero de informacion nada. Tampoco de parte de los clubes se encargan de trabajar para mejorar los departamentos de prensa. En ese ambiente que después de los 90 minutos por semana pasan muchas cosas. Pero nadie sabe nada, si no salió en el diario no vale…  que mal que estamos...

sábado, 25 de septiembre de 2010

En controversia con la rivalidad absurda, a favor de la opinión que genera un debate, golpeado por tanto medio de comunicación que informa en relación a sus intereses, he aquí las ganas de compartir algo espontáneo con quien lo amerite.
La ciudad esta llena de humo, los vende humo, ¿Qué es ser un vende humo? Humo por todos lados.